Selección de poemas de "Cada pliegue del cielo"
1
Toda
la
civilización
en
mi cuarto.
Extinta.
Hubiera
sido otro el futuro.
Sí.
No.
No
lo sé.
En
la selva
no
hay hombres
que
resistan la furia.
Hubiera
seguido el oficio mudo
de
decir mucho
para
decir así
todas
las palabras.
Nunca
comí al limón
como
se come a las frutas.
Hubo
siempre un perro
al
lado de mi silla.
Las
dos de la tarde es una hora sospechosa
decía
la abuela.
Yo
salía igual a andar en bicicleta.
10
Prometí
no involucrarme
en
el sufrimiento
de
una estrella.
Tampoco
en la fiebre
que
empaña el aire
cuando
nace la lluvia.
Ni
en el rayo que lacera
la
carne estrepitosa
del
desastre.
Lo
prometí en el patio
vulnerado
y seco
del
día después
junto
a un limón empobrecido
que
observaba
burlón
el
sinsentido de las cosas.
19
De
nochecita y en verano
el
patio es una sombra
que
deja correr el viento.
Los
helechos se humedecen
rogando
la
llegada de la lluvia.
Me
demora un durazno
salado
como el fuego
que
patina
en
la dicha de su almíbar.
Por
qué no arrancarle
de
un tirón el presente
y
absorber el jugo alegre de su vida
si
el tiempo ya lo hizo
y
lo hace conmigo.
∞
Quiero
para mí
cada
pliegue del cielo
el
infierno de sus nubes
chocando
contra mí
y
la tormenta
azulada
negra tormenta
como
un incendio de agua
ardientes
gotas de fuego
empapándome
cada
pliegue del cuerpo
hasta
consumir
mi
carne mis huesos
las
cenizas
y
no dejar nada
desplegado
en
el suelo.
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